jueves, 19 de octubre de 2017

Pulgarcito




Una de las cosas que más me gustaban de ir a casa de mis tíos era que mi primo siempre tenía el último ejemplar de la revista “Pulgarcito”. En ella, se desgranaba, a través de varios cuentos dibujados en viñetas, las historias del pequeño Pulgarcito además de otras más que, a modo de acompañamiento, nos iban haciendo más amenos los ingenios del joven aventurero. De esta manera, conocíamos a tipos tan peculiares como Tete Cohete, el Repórter Tribulete, Los Pitufos, Pitagorín o el perro Lanitas. Todos, de una u otra manera, nos iban descubriendo nuevas maneras de vivir el mundo y, sobre todo, nuevas enseñanzas a la hora de afrontar los problemas. Huelga decir que cada vez que regresaba a casa de mis tíos, volvía a abrir el cajón y allí estaba, como siempre, esperándome, el último ejemplar de la revista “Pulgarcito”.

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